Olvidos.

¡Qué sorpresa encontrarte
en el umbral de mi puerta!
Has olvidado tus rencores,
has olvidado tus ofensas,
has olvidado tus palabras
que en el corazón yo siento.
Lamento decirte… querida:
Pero pierdes tu tiempo.

Perdona… no eres bienvenida,
tu compañía no necesito,
ya olvidaste tus miradas,
ya olvidaste los gritos,
ya olvidaste las sensaciones
que aun con mis dedos tiento.
No te sientes en la sala:
Porque pierdes tu tiempo.

No me mires con malicia,
deja de tocar tu cuerpo,
ya olvide tus carisias,
ya olvide tu reflejo,
ya olvide tu silueta
que embriagaba el silencio.
No te acuestes en la cama:
¡Pierdes tu tiempo!

No llores, guarda tus lágrimas,
eres la mejor actriz, pienso:
para olvidar tu sonrisa,
para olvidar los momentos,
para olvidar las prisas
de apresurar el efecto.
¡Vamos sécate esos ojos!:
¡Pierdes tu tiempo!

Quédate frente a mí,
me quedare quieto:
olvidando la tormenta,
olvidando el estruendo,
olvidando lo que sea
que me traiga tu recuerdo.
Ya puedes despedirte:
¡Pierdes tu tiempo!

Lamento decepcionarte
y tu angustia entiendo:
pero he olvidado lo malo,
he olvidado lo bueno,
he olvidado todo
que me recuerde lo nuestro.
Para volver ya es muy tarde:
¡Has perdido tu tiempo!