¿Por qué la gente no esta de acuerdo con lo que tiene?- escuche en el maldito autobús esta mañana. La escena en al que acontece esta historia, es actuada por una niña de no más de doce años y una señora por demás gorda y destilante de colesterol que estaba sentada a su lado, misma que me parece era su mamá. La pregunta de la que hablo fue realizada por la escuincla antes mencionada a su progenitora, la cual haciendo alarde de una estupidez en lo máximo de su expresión, le respondió- ¡como hablas ya cállate! En ese momento tuve las ganas de romperle el grasoso hocico de una patada y mandarla a comer mierda lanzándola por la ventana del transporte en plena marcha. Acaso no se da cuenta la nefasta gorda, que esas pequeñas preguntas, podrían marcar la diferencia de un posible suceso que pueda acontecer en la vida de la mocosa preguntona. Por que demonios no responde con su escaso conocimiento, que aunque es insuficiente, podría sacar de una duda a su engendro, no se ha dado cuenta que entre mas comunicación tengan las madres con sus hijas, ellas no cometerán los mismos errores que las idiotas tuvieron… ¡Puta madre! Por pendejas como esas, hay más niñas embarazadas que familias felices.
Lo lamento, en un mundo donde es preferible callar a los hijos, que responder a sus dudas: lo máximo que puedo esperar es asesinos seriales mata-padres-hijos-de-puta.
1 comentario:
Ahora me es evidente, recuerdo que mientras viajaba en el transporte colectivo vi el bulboso cuerpo de una mujer siendo despedido con una furia increible de un camión en movimiento, ahora se que haz sido tu, ahora se que tuvo lo que se merecía, ahora se que la justica existe, y que de vez en cuando se poseciona de tu cuerpo (sabiendo de antemano que la justicia requiere ocacionalmente, la ayuda de los serial killers y de gente-sin-nada-que-perder, grupo al que usted pertenece) para ejercer su vengadora voluntad. Amen, Como las pláticas del extrangero.
Publicar un comentario