martes, 30 de junio de 2009

SOY PATRCIO, SOY INFELIZ, SOY ALCOHOLICO.


-Buenas tardes amigos, soy Patricio Mercedes, y soy alcohólico. Gracias por recibirme. Podrían creer, tal vez, que he recaído, y que no volvería con ustedes, pero aquí me tienen; que gusto volver a verlos, me llenan de nostalgia. Recuerdo, cuando llegue por primera vez con ustedes. Me sentí en confianza de hablar, como si me conocieran desde hace mucho, los vi y juro que me vi a mi mismo. Tienen el mismo candor como el de aquella vez, con sus miradas de agrado y sus manos alzadas, como cuando nos deseamos lo mejor.
Espero no tomen como cobardía mi regreso, pero como podrán ver, estoy desesperado. No logre encontrar allá afuera, lo que aquí dentro siempre me han brindado. Si, tal vez los engañe y se sientan decepcionados por haberlos traicionado aquélla vez, con los otros que me ofrecían su ayuda, pero créanme cuando les digo, que fue el mayor error que he cometido, fueron malas compañías, me prometieron facilidades y una vida sin compromisos; todo fue una porquería. ¿Cómo pude creerles? acúsenme amigos, por el motivo de mi regreso, pero como podrán adivinar, es el mismo que las otras veces, solo que ahora fueron más severos y crueles, tanto que me traen devuelta aquí. Los recordare para que acepten y lloren mi pena: después que logre un momento de estabilidad y comprensión en mi vida, resulto que las cosas estaban peor, pues como lo imaginan ahora mis hijos me pedían más dinero que cariño, mi esposa se comporto de repente, dura e impenetrable como roca, comenzó a tratarme como basura, no paraba de recordarme mis momentos de flaqueza, le importo poco mis deseos de cambiar y mis añoranzas de un nuevo y reestructurado hogar, todos me ignoraron, y ni siquiera mis otros familiares se apiadaron de mi ser, pues estaban más preocupados por sus patéticas vidas que voltear a ver sus semejantes. Caí en depresión, y volví a vagar por las calles, hasta que los recordé a ustedes, recordé que siempre tenían un lugar para mí, que jamás me juzgarían y tendrían siempre una plática amena y abrazo caluroso, con sus respectivas palabras de aliento. Gracias por aceptarme.

ENTONCES, LOS HOMBRE QUE ANTES HABIAN ALZADO LA MANO, VOVIERON A ALZARLA, PERO ESTA VEZ CON UNOS TARROS DE CERVESA EN ELLAS. ¡¡SALUD!! DIJERON AL UNISONO, Y MAS TARDE EL BUEN PATRICIO SE DIRIJIO DE LA PUERTA, HASTA EL FONDO DE AQUELLA CANTINA, EN LA QUE ANTES HABIA DECLARO ESTE DISCURSO; DONDE SUS MAS FIELES Y BORRACHOS AMIGOS, LO ESTRECHARON ENTRE ABRAZOS Y FELISITACIONES, MIENTRAS QUE Román EL CANTINERO, LE DIRIGIA UNA BUENA BOTELLA DE LICOR, AL POCO RATO, LA TRIZTESA Y EL DESAMPARO DESAPARECIERON, Y FUERON SUSTITUIDOS POR LA ALGARABIA Y LA AMISTAD QUE AQUEL GRUPO DE BEBEDORES PODRIA EMANAR.

EN AQUELLA CANTINA YA NO HUBO ALCOHÓLICOS… HUBO COMPAÑEROS.

viernes, 26 de junio de 2009

NO ME CONMUEVES.


Te perdonaría. Pero recuerdo las veces aquellas,
en la que te elevabas alto, cual pérfida estrella.

Te perdonaría. Pero he sufrido tanto,
que he cubierto mi frio, con las sabanas del llanto.

Te perdonaría. Pero no veo razones,
que vida a mi corazón, devuelvan los ratones.

Te perdonaría. Para calmar mi furia
y entre hachas y espadas, borre tu lujuria.

Te perdonaría. Solo para que te enteres,
de tu amor despiadado, y la basura que eres.

Te perdonaría. Y mi alma empecinada,
a si se dé cuenta, de que tu no vales nada.

Te perdonaría. Pero recuerdo lo nuestro,
y puedo jurarte que fue, relación de secuestro.

Te perdonaría. Pero en ti no confió,
pues ahogue mis confianzas, en las aguas de un rio.

Te perdonaría. Pero grande es mi orgullo,
que calza pequeño, el amor tuyo.

Te perdonaría. Pero tengo miedo,
que dé no sentir nada, mi alma sea hielo.

Te perdonaría. Pero mis principios,
encontraron de amor, tu corazón limpio.

Te perdonaría. Para que estés fuera,
y atrapada entre lodos, espero que mueras.

Te perdonaría. Pero no puedo.
Pues de odio y rencor, mi corazón arde en fuego.

martes, 23 de junio de 2009

CARTA PARA LOS SENTIMIENTOS DEL AYER.


Ayer me terminaste, y me di cuenta de todo lo que realmente me hiciste sentir.

Recuerdas esas canciones de rencor y desprecio, que tu y yo enlistamos aquella noche en que no pudimos dormir por ver el final de aquella temporada de televisión pirata. Las escuche para sentirlo otra vez, ¿Y sabes que ocurrió? recordé la tarde aquella en que por tratar de comer esas quiebra-muelas te lastímate realmente una y no parabas de llorar y quejarte, ¡Que risa! ¿Te acuerdas? Tuvimos que buscar a un dentista para que viera el problema que te había provocado ese dulce de coco. ¡Un dulce de coco! ¡Qué ironía! Qué bonitos recuerdos ¿No te párese? Como bonito nuestro viaje a Acapulco, ese que planeamos de una hora para la otra, improvisadísimo ¿Verdad? aun no creo que esa haya sido la primera vez que miraste la playa, pero esas lagrimas que derramaste cuando la presenciaste, me corroboraron la verdad de aquel sentimiento, mismas que engalanaron esas olas azules ¡que bella te veías!. Pues volví a aquella playa, y descubrí que aun las olas son azules y que el mar aun guarda las lagrimas de aquella vez, pero esto me hizo recordar que… ayer me terminaste. Sé que no hay semántica en ninguna de las cosas que hoy escribo, ninguna, pero es que trato de recordar aquel sentimiento que me provoco la ruptura de nuestro noviazgo, tres años ¿lo puedes creer? Pudimos haber conocido a tantas personas en ese tiempo, pero preferimos tratarnos nosotros, ¿sabes? creo que te quiero aun… pero eso no lograran borrar las verdades que hoy acontecen, pero me terminas, no das una explicación y solo dices adiós, ¿Qué seremos amigos? ¿No lo sé? ¿Tú qué crees? Yo creo que no te importa lo que siento, y lo que siento es la base de la actual carta. NO SIENTO NADA. Si, creí que me dolería la partida pero no es así, los tres años se fueron, la playa y Acapulco quedaran en el mismo lugar, junto con tus primeras lagrimas. ¿Qué te amo? pero bueno he amado tanto y he olvidado lo mismo. ¿Que donde quedara todo lo que vivimos? Pues halla donde empezó nuestro final. ¿Las noches, los días y las viejas tardes? No importan, aun faltan muchos días en mi vida, en los cuales, tu no estarás presente. NADA, eso es todo lo que siento, además de una comezón en la pierna izquierda difícil de aguantar.

Sin NADA más que sentir, me despido.

domingo, 21 de junio de 2009

EL PEDO.


El pedo es un aire ligero
que sale por un agujero
con un olor acedo,
que anuncia la llegada
de su amiga la cagada.

El pedo es un alma en pena
que a veces sopla y a veces truena;
es como el agua que se deliza,
que cuando sale nos causa risa.

El pedo es vida, el pedo es muerte,
Y tiene algo que nos divierte;
el pedo es aire que cuando va soplando
todo la va fumigando.

El pedo puja, el pedo llora,
Y a veces suena como tambora;
el pedo es aire, el pedo es ruido,
y a veces sale por un descuido.

El pedo es fuerte e importante,
pues le sale a toda la gente;
en este mundo el pedo cuenta,
porque todo mundo se los avienta.

Hay pedos gordos, hay pedos flacos,
Segun los gruesos que sean los tacos;
el pedo tiene algo monstrouso,
si te lo aguantas te manda al pozo.

Hay pedos tristes, y los hay risueños
según el gusto que tenga el dueño
el pedo es terco, el pedo es suavecito,
y apesta cuando sale con su juguito.

Si algun pedo toca tu puerta,
no se la cierres dejala abierta,
deja que salga, dejala que gire,
deja que alguien mas se lo respire.

Los pedos tienen muchos olores,
si no preguntale a los doctores;
este poema ya ha terminado,
y ojalá ese pedo te los has echado
antes de que resultes bien cagado.

Maldecido por: ANONIMO.

jueves, 11 de junio de 2009

CONFESIÓN Y PROTESTA.


Me vengare de quien:
me mire a los ojos en señal de comprensión y respeto. Arrancare de su cara las ventanas entre abiertas de su pérfida alma.

Me vengare de quien:
me tienda la mano para ayudarme a levantar mi espíritu. Destrozare de su cuerpo las piezas de su propia subsistencia.

Me vengare de quien:
intente amarme de forma plena y entregada. Buscar dentro de su pecho ese corazón hipócrita, falto de escrúpulos y cobarde.

Me vengare de quien:
acate mis ordenes sin oponer ante ellas sus propias ideas. Rebanaré su cerebro con esperanzas de coherencias.

Me vengare de quien:
encuentre en mis rechazos, groserías y burlas; anhelos de camaradería y humilde amistad.

Me vengare de quien:
se preocupe por mi bienestar y salud. Despreciare por completo todo gesto de angustia ajena.

Me vengare de quien:
crea y de por hecho cada una de mis promesas. Rasgare con navajas la tela de su sinceridad.

Me vengare de todos, lo juro, de todos.

ORACIÓN DESESPERANZADORA.


Perdona dios, mi ceguera ante la vida: pero es que tuve la desgracia de nacer sin ojos.

Perdona dios, la imprudencia de mis actos: pero es que se me es difícil controlar mis impulsos.

Perdona dios, no acudir para adorarte: pero es que no siempre hay quien tire de mis sillas de ruedas.

Perdona dios, no gritar mi adoración: pero es que la vida me maldijo con la mudez.

Perdona dios, no ensalzarte con la plegaria: pero es que mi garganta se canso de no encontrar oídos.

Perdona dios, por olvidarme de tu amor: pero es que tengo graves problemas de memoria.

Perdona dios, no reconocer el sabor de tu esencia: pero suplico la pérdida de mi lengua.

Perdona dios, no sentirte dentro mío: pero entenderás que en los cuerpos muertos la sensibilidad se pierde.

Perdona dios, mis blasfemias y reproches, pero es que simple y sencillamente he dejado de creer en ti.

domingo, 7 de junio de 2009

CUENTO DEL HUERTO.


-No me gusta mucho la luz- dijo Ballén a la chica que estaba frente a él.
Mientras que ella apagaba el interruptor para su beneplácito. Era obvio el disgusto que se mostraba en la cara de nuestro amigo cuando expreso estas palabras a su empleada. Ella solo interpreto la avaricia de su jefe.
-¿De verdad? ¿Por qué?- pregunto en un tono sarcástico la chica antes mencionada, de la cual solo diré, que se burlaba de una manera hiriente ante los ojos de Ballén, como intentando someterlo ante el conjuro de su soñadora mirada.
El, solo le regreso la misma mirada fría y burlona de su comentadora, demostrándome y demostrándole que no había nada de avaro en su expresión, la que da comienzo a mi relato. Para eso solo se recostó en su sillón y coloco sus manos sobre sus piernas, al tiempo en que le contaba esta historia:

“Cuando vivía en la huerta (nunca especifico algún nombre o lugar) estaba acostumbrado a la luz tenue de el candil que iluminaba mi mesa, esa que estaba en mi cuarto y que iluminaba mi espacio. Sabes por qué no soporto la luz fuerte de las lámparas, por que la única luz fuerte que recuerdo soportar, es la de las estrellas que acostumbraba mirar todas las noches para recordar lo bello que es el exterior”

Después volvió a la posición en la que antes se encontraba, y dirigió una mirada piadosa a su acompañante, la cual le respondió con una sonrisa amable. Mientras que yo, observaba por los espejos de aquel cibercafé.