viernes, 20 de enero de 2012

UNA CITA PARA TERMINAR.

La cita que se había planeado para ese día había llegado a su conclusión, los objetivos que se habían planeado para el encuentro estaban siendo analizados por ella (Mel, chica de carácter explosivo-agresivo, que gustaba de tener el control de la relación y quien había sido la causante de que el noviazgo hubiera comenzado, esto, por ser ella quien lo había invitado a salir. Justo ahora estaba siendo terminada). El llevaba tiempo tratando de culminar lo que hace dos años, de cuatro que llevaban juntos, estaba siendo una relación de, según él, “capataz y esclavo”, en donde por desgracia, el esclavo, era el (Nel, muchacho introvertido que gustaba de ser sobajado y humillado en la relación, a la cual él había sido ingresado por petición de Mel. Justo ahora estaba terminando).
El desayuno que había sido testigo de los momentos antes contados, se convirtió de pronto en un bailable extraño de miradas, respiraciones entrecortadas, murmullos entre los dientes, susurros y silencios que atravesaban las calles de un lado al otro de donde se estaba llevando a cabo este drama. Mel no daba ninguna respuesta, parecía que los motivos que se habían mencionado no habían afectado su carácter y por tanto su réplica. Nel, ansioso por saber la decisiva de su todavía novia, miro fijamente los ojos de su acompañante y no encontró nada, esto lo puso frio como el helado de vainilla que estaba servido en su mesa, pero, caliente como el café que lo acompañaba, y deseoso por saber la definitiva: opto por improvisar. Miro al suelo y encontró un juguete, era la figura de un luchador de plástico con pintura de esmalte para uñas en la cara como mascara y en los pantalones, estaba en su postura clásica, brazo levantado con palma de la mano izquierda abierta y mano derecha abajo. Lo tomo y mostrándoselo a su interlocutora le dijo:
- Como este muñeco te digo adiós.
Ella lo tomo de pronto y arrojándolo en el piso, le plantaba un pisotón que aplastaba ferozmente la figura, al tiempo que decía:
- Perdón, no entendí el ejemplo… entiendes el mío.
El helado se había derretido, el café se había enfriado y las moscas ya rondaban los desechos que aquella mañana se había dado como frutos.

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