miércoles, 2 de septiembre de 2009

LAS ZAPATILLAS ABANDONADAS DE CENICIENTA.


Caminar descalzo no es la experiencia poética que muchos han descrito. Sin duda alguna, caminar sin zapatos, es todo, excepto hermoso. No hay nada de agradable en enterrarte pequeñas cosas en los pies. Nada. Sobre todo cuando el piso esta resbaloso, o frió, o áspero. Puedo asegurarles que no hay poesía en ello. Al menos que la descripción de poesía, se describa como algo incomodo y peligroso para la integridad de tus pies. He leído y escuchado sobre la paz y libertad que se puede encontrar en esta práctica, la verdad que se conoce con los pies desnudos, la alegría de la vida sin zapatos, y un cúmulo de indiferencias hacia la verdad de este acto. No puedo explicarme el por que de tantas mentiras, aunque creo también, que la respuesta de esta interrogante se debe a la falta de experiencia de aquellos mentirosos piadosos. No se si la piedad de la que hablo, se encuentre en el apoyo turístico hacia las calles mencionadas, hacia la falta de provocación para realizar eventos mas osados, o la falta de piedad para consigo mismo… y los pies propios. Aunque el por que, de todo lo antes mencionado lo atribuyo a que a ninguno de ellos le robaron los zapatos a media calle.

Ja, ja, ja, si, creo lo último. Sin duda y dolorosamente creo lo último.

1 comentario:

Salazar Craft dijo...

Las tragedias cmbian la percepción... el mar no es lo mismo para el turista que para el náufrago.