lunes, 27 de julio de 2009

HUMO DE VIDA.


Quisiera ser un cigarrillo. Por que no se me ocurre algo más en lo que quisiera convertirme de pronto. Bueno, quizás, por que la sutileza de la vida no se podría explicar mejor, que con la existencia de los cigarros. Ellos están solo para agradar los momentos de los que acuden a ellos. Solo un momento no necesitan más. Como los expertos amantes que sufren de eyaculación precoz. Ellos son los únicos que disfrutan de ver arder sus cabezas. Y que conocen las bocas de todos. Superando por mucho, las técnicas de conquista, del mas experimentado casanova. Quisiera ser un cigarrillo para saber cuantas bocas han besado y cuales besan mejor. Para saber que se siente ser chupado. Quisiera saber cuantos brazos han quemado, cuantas partes del cuerpo han sido victimas de sus poderosas cabezas llameantes. No puedo ni imaginarme lo que se siente despedirse de los labios que una vez te acurrucaron. Y la apasionante relación que existe entre ellos y el humo. Quisiera saber si son amantes o tan solo amigos de ha ratos. Quisiera que me contaran todas las historias que han vivido, quisiera saber que se siente salir de tu hogar la cajetilla, para nunca volver; y si prefieren los encendedores a los cerillos.

De cuanta sabiduría me llenaría si fuera un cigarro. Sin duda, seria una corta pero hermosa vida, si, no me cabe duda de eso.

1 comentario:

FERNANDO SIQUIER dijo...

Bonita prosa, me ha gustado tu visión de la efímera vida de mi amigo el cigarillo. Tu has sabido comprender nuestra relación de AMOR-ODIO, aunque nunca te dirán quien besa mejor, ya que sólo tienen un amor, excepto los PORROS,que suelen ser compartidos. El cigarro es mi amor, pero el porro es mi puta(que siempre es infiel, pero folla como los ángeles)... CIAO HP