miércoles, 15 de julio de 2009

MONSTRUO DE TI.


Te demostrare que no pertenezco a este planeta, que no soy terrícola y que nunca he pisado la tierra. Que no soy del cielo, pues dios es una simple broma para mi omnipotencia. Que he pertenecido al infierno, pero que tampoco halla se encuentra mi hogar. No soy de ninguna dimensión, pues yo soy la dimensión. Que el tiempo y el espacio tiene prohibido mencionar mi nombre, pues el solo deletrearlo, arrancaría de las raíces eternas la esencia del infinito. Que no soy humano, pero me rodeo de ellos. Que odio a los hombres y aborrezco a las mujeres. Que sabrás que eres la máxima de las excepciones. Que nadie me ha visto pero todos me recuerdan. Soy ese del que te olvidas para aparentar normalidad. Soy el asesino de la primera vista. Soy el antagonista de la palabra horrible. Soy la pesadilla de las pesadillas. Soy el último. Soy un monstruo. Tu monstruo.

Ahora que me he descubierto ante ti.

Acércate.
Te tocare con los quinientos tentáculos que emanan de mi espalda. Ellos te descubrirán, te palparan.
Huéleme.
Las grietas rocosas que adornan mi piel, expelerán un agradable aroma a tierra mojada, por la sangre, por tu sangre.
Tócame.
Palpa con tus manos la ornamenta que engalana mi cabeza Minotauro.
Acaríciame.
Peina mi oscuro pelaje, que enorgullece y excita mi portentoso cuerpo Centauro.
Azótame.
Que a la luz de la luna llena, mi hechizo Licántropo poseerá mis impulsos carnívoros y poseeré tu frágil cuerpo.
Caliéntame.
Que mi enorme cuerpo de Hombre de las nieves, necesita del calor de una mujer de las pasiones.
Deséame.
Que mis colmillos inmortales, beberán de tu cuello la fogosidad de tu amor.
Bébeme.
Que de mi hermoso ojo ciclope, brotaran lagrimas que encenderán los cuerpos en el deseo.
Destrózame.
Que sea cual fuera el miembro que mutiles, mi sangre Hidra regenerara tus locuras.
Conjúrame.
Que soy el demonio de las pasiones paganas.
Admírame.
Que mis alas de murciélago me encumbraran cual majestuosa gárgola.
Lámeme.
Y probaras de mi piel el dulce sabor de las criaturas de jengibre.
Ahógame.
Que mis branquias de Sirena, apoyaran nuestra entrega en altamar.
Cómeme.
Y te regocijaras con la degustación de mí corazón de reptil.
Mátame.
Que soy tu muerte.
Tómame.
Que soy tu monstruo.
Siénteme.
Que me entrego todo.
Ámame.
Que te necesito.

Soy tu monstruo, todo tuyo.

2 comentarios:

FERNANDO SIQUIER dijo...

Dos cositas:
La primera es pedirte por favor que borres el comentario donde viene mi dirección de correo, gracias de antemano.Y la otra, es saber si vas a querer participar con tu genial prosa, en un blog titulado; "El Hereje Incorregible" o algo así por el estilo, donde quiero atacar sin piedad a la Iglesia Católica.
¿No recibiste mi email?, espero tu respuesta.El Bebedor de Almax yá me mandó un texto, y es buenísimo.
CIAO HP

Salazar Craft dijo...

Has hecho un bestiario poético digno de admiración, me sorprendió. Alabado sea Asmodeo, demonio de las delicias de la carne. Alabada sea Essila, monstruo de las profundidades marinas, que atrallendo a los marinos con conjuros y promesas de carne y placer, bebe su sangre y arranca su carne en glorioso bacanal pandemónico...