lunes, 26 de octubre de 2009

UN CUENTO TORPE.


Les contare un cuento torpe, uno muy aburrido y prohibido. Este cuento no tiene moraleja y carece de enseñanza para un bien común. Pues como podrán imaginar, es un cuento libre de prejuicios y alegatos. Pues bien, comenzare: este cuento, como la mayoría de aquellos de hadas y princesas, esta ambientado en un reino lejano, que como era de esperarse, era reinado por un gobernante justo y responsable. El no tenía ningún problema, inclusive contaba, con muy buena salud, y estaba siempre rodeado de las personas que el mas quería, mismas que le demostraban un sentimiento reciproco. Sayra, hija del mencionado rey feliz, acostumbraba mirar todas las noches por su ventana, justo momentos antes de acostarse a dormir y soñaba. Ella tampoco tenía ningún problema, pues las riquezas inconmensurables de su padre, le proveían de todo cuanto quisiera, y no, no piensen mal, esta princesa no tenía ese síndrome “Jaula de Oro” que la mayoría de sus pares reales sufrían, ella realmente gozaba de una dicha plena y hermosa, pues tenía amigos que la apreciaban y querían tal cual era, y le demostraban su querer con todas las fuerzas que sus vidas de súbditos les proporcionaban. Zahid, último descendiente de una casta de valientes caballeros, entro al castillo, después de ver a la bella princesa en el ventanal de su cuarto, y se dirigió a platicar con el padre de la mencionada. No, nuestro caballero tampoco sufría de ninguna contrariedad, pues las aventuras de sus largos años de caballería, le habían traído riquezas y amores, que él había disfrutado en el momento que habría creído necesario. Y la hija del rey, no le parecía lo suficiente mente interesante como para que le moviera algún sentimiento. No había mayor contratiempo para su actual estado de vida, solo que esa tarde se había enterado por alguna muy buena fuente, de algo que englobaba a los misteriosos seres mágicos del bosque.

Las brujas, duendes, dragones, gnomos, hadas, trolls, elfos, y otros que conformaban una gama enorme de coloridas, hermosas, mágicas, incomprensibles e interesantes criaturas, vivían en perfecta armonía en esta mística tierra que el rey había designado para ellos. Ninguno de estos hermosos fenómenos, sufrían algún inconveniente, todos tenían una envidiable relación de amistad y cooperación, nunca sufrían riñas o trifulcas por ningún motivo y siempre estaban unidos. Cuando nuestro rey se entero, de lo que se contaba en relación a los mágicos habitantes de sus tierras, decidió enviar a mensajeros para que le contaran lo que les aquejaba. Ellos negaron problema alguno, pero el gobernante preocupado por el silencio de estos, mando un grupo de soldados a preguntar lo que sucedía. Los seres mágicos negaban aun los inconvenientes mal engendrados, realmente parecía que nada sucedía en aquellas místicas tierras, pero el monarca, haciendo alarde de una humildad poco convencional decidió visitar a sus más extraños súbditos. Ya instalado en aquel maravilloso paraje, platico con los seres sobre lo que le habían contado en cuanto a ellos, nada de lo que nuestros sorprendentes amigos le contaron, parecía mostrarle algún problema con su forma de vivir, así que satisfecho decidió volver a su pacifico castillo.

Todos los habitantes de aquel perfecto reino la vieron, en los cielos, increíble y hermosa. Era algo único y maravilloso pero el rey de estas tierras no estaba para admirarlo. Sayra, la princesa, pudo verla y quedo maravillada, desde su ventana era la imagen más bella que jamás había visto. Zahid también pudo observarla y quedo sorprendido nunca había visto algo como eso, era único. Una gigantesca nave de color plateado estaba flotando sobre el castillo y había paralizado a toda la gente de este reino, era su hermosura, su magnitud, su poderío, su estado casi divino, era todo, era lo más grande y sublime que dios pudo haber creado. De pronto una explosión y borraba para siempre y de cualquier memoria lo que antes había.

A lo lejos un rey arrodillado miraba como sus tierras se hacían nada, se hacían cenizas.

jueves, 15 de octubre de 2009

MILAGROS DURANTE LA GUERRA CONTRA UN ENEMIGO CONOSIDO.


Fui víctima, como otras tantas veces, de la irresponsabilidad de las fuerzas militares de mi país. Pues una buena mañana (o en lo que parecía una buena mañana) en que me despertaba para realizar las rutinas diarias que cada amanecer me presentaba, pude ver como en el cielo se apartaban las nubes y un gigantesco resplandor, vestía de luz el aun virgen cielo de la ciudad de Chicago Illinois. Era hermoso, no podría describirlo, pues mis palabras se atoraban en mi garganta emulando convulsiones espasmódicas. Todo era fabuloso. Después, y entre las nubes, una apenas visible imagen humana salía a llenar de sentimientos y milagros espontáneos, esta tierra de toros rojos. El vagabundo ciego de la cuadra comenzó a dar gritos de alegría mientras pronunciaba hasta el hartazgo las palabras -¡Milagro, milagro!, sobre los techos, automóviles, columpios, cemento, aceras, y hasta en los lugares menos insospechados, flores comenzaron a crecer, unos se quedaron de pie (a si como yo), pero muchos cayeron arrodillados y hacían reverencias al objeto ese que iluminaba los cielos. Los milagros y las manifestaciones insólitas se habían apoderado de este lugar.



Por suerte dos f18 surcaron rápidamente los cielos (me contaron después, que nuestro gobierno había detectado este objeto en los cielos estadounidenses, alarmados y con un fuerte miedo a un ataque enemigo, decidieron actuar sobre esta inminente amenaza) y una maravillosa y trágica explosión dio fin a esta sobrenatural serie de eventos. El olor a rosas quemadas apesto el ambiente de nuestra nublada (ahora) ciudad. Y la gente que lo había presenciado todo, grito, lloro y pataleo, el desconsuelo los había reinado. Sin embargo, nada de lo que había vivido, y ni mucho menos lo que recientemente había presenciado, me había preparado para el siniestro del que sería victima momentos después de que el humo se disipara de los cielos. Una gigantesca cruz de madera ardiendo en llamas, caía sobre mi casa, aplastándola y destruyendo consigo, las pertenencias que durante mi vida había logrado. Estupefacto y boquiabierto, miraba como mi patrimonio se iba al carajo, mientras los soldados de mi país celebraban una victoria plena.

sábado, 3 de octubre de 2009

3 DE OCTUBRE. SE NOS OLVIDA.


Se olvida.

Se olvidan las razones y se olvidan a las victimas, se olvidan los disparos y los ordenes de - ¡FUEGO! Se olvidan los cadáveres, se olvidan a los heridos, se olvidan las aceras y los besos mortales, se olvidan los hombres de sus amigos en el fuego cruzado, se olvida la marcha y se olvida el camino. Se olvida “el por que caemos” y se olvida “el para que nos levantamos”. Se olvida el olor a pólvora, se olvida el sonido de la metralla, se olvidan los retumbos de un tanque de guerra, se olvida el motivo de nuestra muerte, se olvida que “solo somos jóvenes”, se olvida el derecho de libre expresión, se olvida el disparo en la cien, se olvida la herida en nuestra espalda, se olvidan los secuestros, se olvida la humillación, se olvidan de nuestros padres y la razón por la que hoy no volveremos a casa… se olvidan de nuestra vida.

Recordamos la resignación, recordamos el silencio, recordamos el llanto, recordamos la plaza llena, recordamos la plaza bacía, recordamos la sangre y su fuente, recordamos que no nos lo merecíamos, recordamos que desde ahora somos parte de la historia, recordamos que la historia es cruel. Recordamos que lo superaremos, recordamos que habrá alguien que nos espera, recordamos que no lo volveremos hacer, recordamos a los sobrevivientes, recordamos que seremos ejemplo de lo que no debería de volver a pasar, recordamos las falsas esperanzas, recordamos que la esperanza nos olvido, recordamos el camino a la sanción, recordamos que sanaremos, recordamos la verdad… recordamos nuestra muerte.

Olvidemos por que celebramos esta fecha, recordemos que hay que celebrarla.
Olvidemos que acabaron con nuestra vida, recordemos que nos queda muerte.
Olvidemos que las cosas ya cambiaron, recordemos que eso ya lo sabíamos.
Olvidemos lo pasado, recordemos el presente.
Olvidemos a los muertos, recordemos a los cuerpos.
Olvidemos a los asesinos, recordemos sus actos.
Olvidemos lo que queramos, recordemos a quienes se lo merecen.
Olvidemos todo, recordemos nada.

Olvidemos Tlatelolco.
Recordemos que todo comenzó con una llamarada roja en el cielo.

viernes, 2 de octubre de 2009

VERSOS TUERZOS 1.


Las rosas son rojas,
los peces azules,
la gente asquerosa
y la vida una mugre.


A un ángel le pregunte
cuál era el peor castigo,
y el ángel muerto cayo
por lo herida de un cuchillo.


En el cielo angelitos,
en el mar pececitos,
y en mi plato quiero
trozos de tu corazón frito.


Napoleón con su espada
conquisto una nación,
y por tu culpa desgraciada
me hundo en pudrición.


Amarte es mi destino,
quererte es mi ilusión,
y sangre quiero en tus oídos
por esta lúgubre canción.


Dicen que estoy loco,
dicen que estoy chiflado,
mas no saben que de horrores
yo me encuentro torturado.


Por la luna doy un peso,
por el sol doy un tostón,
y por tu sufrimiento entrego
mi podrido corazón.


Los pobres piden agua,
los presos libertad,
y de tus patadas pido
solo un poco de piedad.


Por ti suspiro,
por ti me muero,
y en ti practico
azotes de cuero.


Tú tienes gripa,
yo tengo tos,
y yo te deseo
una muerte feroz.


Cuando vayas a la tienda
y te compres un Gansito,
recuerda las promesas
que ahora ya son mitos.


Del cielo cayo una estrella,
pintada de tres colores,
y tu recuerdo arranque
en mil vasos de licores.


Tú eres agua,
yo soy arroz,
y entre las desgracias,
eres el terror.


En la escuela del amor
de la mano me llevaste,
y con vileza atroz
de mi amor te burlaste.


Regalo una rosa blanca
tanto en julio como en enero,
para la perra que atranca
mi corazón basurero.

Y para el cruel que arranca
mi corazón con que vivo,
de su cadáver me rio
frente a la sangre que estanca.