miércoles, 1 de abril de 2009

CONVENCIMIENTO ISCAREOTANO.


-“Es verdad, falte a la promesa, y créeme que cuando te digo que lo siento, lo digo con mi corazón (o riñón según la magnitud de la falta) en la mano. Nunca fue mi intención hacerte daño, pero si lo logre créeme que lo lamento. Tal vez objetes mis explicaciones, que sonaran un tanto fastidiosas en estos momentos, mismos que serian mortales si tuvieras un rifle en tus manos y dispararas en señal de furia vengadora, pero que al fin y al cabo bien merecido me lo tendría. No intentes siquiera, hacerme recordar lo que antes ya habíamos prometido y que ahora solo lograrían que mi culpa creciera. Y tampoco intentes disculparme con mis falsas excusas (¡¡estas excusas!!) que expresaré para buscar una señal de tu ahora ya muerto y enfadado corazón. Me declaro culpable y acepto la pena, cualquiera de tus martirios los afrontare resignado y satisfecho, para a si equiparar el gran yerro que he causado, mismo que me apena y humilla. Buscare por todos los medios, desde ahora en adelante, encontrar la manera de enmendar mi falta. No importa llevarme toda la vida en ello, o las riquezas que pierda en el proceso, lo digo en serio… no importa-“.

Es por eso y en tu presencia, vuelvo a prometer lo antes violado, juramento que quedara sujeto a la clausula de no ruptura o como sea que se le llame. Bien aquí voy- prometo no volver jamás a embriagarme enfrente de tus familiares, molestarlos, humillarlos, acostarme con tu hermana, pelear con tu padre, hablar sobre el pasado turbulento y puto de tu madre, exponer la homosexualidad de tu hermano, y en fin todo aquello que siempre hago (solo siete veces).

Pero por favor… no me quites la pensión alimenticia.

1 comentario:

Salazar Craft dijo...

Por el gran Malloin (conjunto de letras que aparecen en la verificación de palabras aleatorias para poder dejar un comentario) Esto que has escrito verdadermanete hace honor a la frase "final inesperado".