Nadie aquí necesita bienvenida, pues en el camino de las letras nos leeremos pronto.
domingo, 29 de marzo de 2009
SUEÑO COMPARTIDO.
Duerme conmigo: a mi lado,
necesito el calor de tu cuerpo al mío, quiero tus sueños, soñar contigo.
Duerme conmigo: en mi cama,
anhelo ser la paz de tus ojos serrados, solicito tu presencia, presenciarte.
Duerme conmigo: en mis brazos,
enlazada y fundida a mi pecho, tener tu esencia, tenerte.
Duerme conmigo: en mis sabanas,
requiero la inspiración de tus bostezos, quiero escuchar tu respiración, respirarte.
Duerme conmigo: alejada,
que la distancia sea, el motor de nuestra pasión, acariciar el vacio, acariciarte.
Duerme conmigo: sin tocarme,
compartiremos nuestras dichas infantiles, buscar tus sonrisas, buscarte.
Duerme conmigo: en silencio,
y que el viento se avergüence de sus murmullos, palpar tu aliento, palparte.
Duerme conmigo: acompañándome,
pues no duermo sin tu estampa, proteger tu soledad, protegerte.
Duerme conmigo: duermo contigo,
tendremos lo que siempre quisimos de la vida, libertad de pensamiento, liberarnos.
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1 comentario:
Hay momentos en que de verdad te inunda un halo de romanticismo tan denso que te resultan letras como estas...
Nacen de las noches en que, acostado en el catre deshilachado, que es tu lecho, solo un pensamiento repta en tu cabeza, enloqueciéndote, un pensamiento formado por múltiples sensaciones e imágenes... Su nombre, su aroma, la suavidad de la piel de su espalda, la calidez de su vientre, el peinado que usaba aquella extraña tarde, el timbre peculiar de su voz, el sabor de su saliva, y el momento exacto en que te dijo que no... y ahora, producto de todo lo que la extrañaste esa noche, como un envilecido bastardo de la lujuria y el anhelo, surgen estas palabras tan bellas para los ojos profanos...
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