
-Puedo recordar los momentos en que mi vida era mejor… para lo que ahora tengo. El pino, las esferas, los regalos, los niños, la comida para la cena, las posadas, la escarcha falsa en las decoraciones, las doce campanadas, las uvas y los deseos, los abrazos, la calidez y todo eso que ya no volverá. ¡¿Los recuerdas?! ¡¿Puedes recordarlos siquiera?! no, sé que no responderás, no podrías hacerlo, seria horroroso y no podría soportarlo. Tú me lo quitaste todo y sabrás las razones de mi odio. Blasfemias las tuyas cuando dijiste, una vez que, siempre que te siguiéramos y aprendiéramos de ti, encontraríamos la paz y la salvación, ¡estupideces! como pude creer eso.

-Vaya que sí seres bueno para cuando de destrozar la vida de otros se trata. Decidiste, en tu eterna sabiduría, que el veinticinco de diciembre era la fecha idónea para matarme, porque aunque aun estoy vivo, me quitaste toda la vida esa noche. Si, se que hablarte no me va a regresar lo perdido, y que hasta parezco un demente haciéndolo, pero no me queda otro medio por el cual sacar todo el odio y desprecio que te profeso. ¡Maldito seas! escupo y maldigo mil veces tu nombre, y ni la misma muerte detendrá todo el resentimiento que soy capaz de aclamarte. ¡¿Donde estas?! ¡Ven y acaba tu hazaña! ¡Aquí estoy no terminaste con todos! ¡Desgraciado omnipotente! ¡No eres nada! ¡Putrefacto quisiera matarte, o matarme… lo que fuera más sencillo!

Dos mujeres vestidas de blanco caminaban juntas por ese pasillo de hospital, cuando una de ellas le pregunto a su acompañante- ¿y ese hombre que está hablando solo? ¿Está bien? ¿No se ve muy cuerdo que digamos?- la otra respondió- y claro que no lo está, el pobre perdió a toda su familia en el incendio de hace rato. La inoportuna callo y finalizó- ¿qué es lo que trae entre los brazos! ¿Parece un juguete?, -no, no es un juguete, es una imagen de Jesús que sobrevivió al siniestro ¡casi parece un milagro!- termino la otra. Las dos siguieron su camino y a lo lejos se escuchaban los lamentos de aquel pobre diablo que abrazaba la pintura.