Ellos habían decidido divertirse aquella mañana en el parque más cercano, habían resuelto estar juntos y celebrar el recién compromiso que los enamoraba.
El, había estado enamorado de ella, desde antes que ella mantuviera una seria relación amorosa con su mejor amigo, el solo callo, no deseaba importunar, cuando las posibilidades de amor sonrieron a su puerta tras el fracaso del amor de sus amigos, él respondió la sonrisa con una petición de noviazgo, ella aceptó.
Ahora, ellos dos compartían un mantel en el pasto, una canasta de comidas varias y su mutua compañía, misma que no hacía falta enumerar, pero aquella proximidad después de tantos contratiempos marcaba la diferencia, diferencia que con el lazo de sus manos no hacía más que ser el viejo recuerdo de un amor no correspondido. Ellos se miraban y respiraban, el compartía su mirada y su calor, ella, mientras tanto, cantaba una canción que solo él podía conocer y que obviamente estaba dedicada. Terminada la balada el agradeció, y acercó su cara a la de ella para que sintiera de sus labios el placer que ella le había propinado, ella lo miro y acaricio esa mejilla que rebosaba de felicidad por tener a la niña que anteriores noches habían desvelado, ahora todo era felicidad para ellos que descubrían sonrisas en esa reunión que sin duda jamás olvidarían.
De pronto algo sucedió, tras los aplausos que él le brindo por la melodía dedicada y felicitarla por el talento que tenia, ella comento cosas sobre la mala suerte que tendría aquel que antes había compartido sus labios y reprocho la falta de talento musical que de seguro tendría aquella que ahora era su novia, el entendió de pronto, que su mejor amigo todavía seguía siendo su enemigo en amores y miro al suelo en señal de derrota. Ella lo noto y levantando su cara inquirió la razón de ese gesto, el pregunto las razones que le provocaban a ella hablar con esos sentimientos sobre aquel su antes novio, ese su mejor amigo y justo en ese momento, su actual provocador de celos. Ella analizando su equivocada actitud y queriendo consolar al chico que la miraba con los ojos más tristes, pidió disculpas con miradas y peticiones y caricias de mano, el alejaba poco a poco su cuerpo de aquella que lo desairaba; sabiendo que su desplante provocaría un grave daño, ella bajo la cabeza y señalo con su mano su pecho, mostrándole el lugar que ahora él y esos ojos acusatorios ocupaban, le hablo de la dicha que sentía por tenerlo cerca y que lo anterior solo eran preocupaciones de una amiga y nada más, ella quería seguir explicando sus acertadas razones pero él la callo, tapando con su dedo esa preciada boca, advirtiéndole que lo anteriormente dicho bastaban para convencerlo de sus puros sentimientos, después la abrazo y coloco esa delicada mano ahora sobre su pecho, pidiéndole que sintieran los palpitares de su corazón, mismo que retumbaba aceleradamente por las sensaciones que esas palabras le habían provocado, ella, embelesada por este meloso movimiento rompió en abrazos y besos, indicándole que mejor se calmara pues no quería un infarto en el hombre que la amaba.
Así, Marcia e Iván pintaban un hermoso cuadro en donde se podía ver a dos jóvenes que colocaban sus manos en sus respectivos corazones, mismos que derrochaban respeto y sensualidad. Pintaban una escena de un beso sublime, fundido, sin duda, en el amor.
Inspirado en una escena de la telenovela SUEÑA CONMIGO.