sábado, 30 de agosto de 2014

¡¡ GRACIAS ZARATUSTRA !!


¡Oh amor que me cubres, amor profundo, amor transparente!

¡Abismo de la luz! Al contemplarte me estremezco de ansias divinas.

 Lanzarme a tu altura… ¡tal es mi profundidad!

¡Refugiarme bajo tu pureza!... ¡tal es mi inocencia!

 Al dios lo oculta su belleza: así ocultas tus estrellas. No hablas; así anuncias tu sabiduría. Hoy has salido para mi, muda sobre los agitados mares. Tu amor y tu pudor se revelan a mi alma agitada. Has llegado a mi plena de hermosura y oculta por tu belleza. Me hablas sin palabras, revelándote por tu sabiduría ¡Oh, que no haya adivinado todo el pudor de tu alma! Has llegado a mí antes que el sol, ami, el más solitario. Somos amigos de siempre: nuestra tristeza, nuestros temores y el fondo de nuestro ser nos son comunes. Hasta el mismo sol nos es común. No nos hablamos porque sabemos demasiadas cosas. Nos callamos y mediante sonrisas nos comunicamos nuestro saber. ¿No eres tú la luz nacida en mi hogar? ¿No eres tú el alma de mi inteligencia? Juntos lo hemos aprendido todo. Juntos hemos aprendido a elevarnos por encima de nosotros, hacia nosotros mismos y a mostrar sonrisas sin nubes…; sin nubes, a sonreír con ojos cristalinos a través de inmensas lejanías, mientras por debajo de nosotros hierven, como la lluvia, la violencia y el fin y la culpa. Y cuando caminaba solo, ¿de qué sentía hambre mi alma durante las noches y sobre los senderos del terror? Y cuando escalaba la montaña, ¿a quién si no a ti buscaba yo sobre las cumbres? Y todos mis viajes y todas mis ascensiones, ¿Qué eran sino un deseo y un recurso de mi torpeza? ¡Toda mi voluntad no tiene otro objeto que remontar el vuelo, que volar en el cielo! Hacia tu cielo.

Extraído del libro Así hablo Zaratustra de Friedrich Nietzsche.