“Febrero loco, marzo otro poco” era una frase que celebraba la pregunta de mis aniversarios de vida. Así es, soy de febrero y además estoy loco. Recuerdo que mi madre la pronunciaba cada vez que alguien decía haber nacido en febrero. Ahora me pregunto que pensara ella de mí y en las circunstancias en las que me encuentro, ¿Daría afirmación a este argumento? ¿O lo negaría diciendo que es la incomprensión lo que ha marcado mis pasos? Lo que sea… este mes me hiso un año mas viejo. Aunque no se si he madurado o si he cambiado características horrendas de mi personalidad, lo que si se es que estoy seguro que los tentáculos que emanaban de mis oídos ya se han extirpado (ellos mismos aunque suene raro… ¿raro?) mis escamas se han marchado, mis branquias se han serrado, mi tercer ojo se ha vuelto ciego y mi cola anfibia ha desaparecido, en definitiva: ahora ya creo plenamente en la evolución.
Escribí unas letras halla arriba, sobre hacerme un año mas viejo y todo eso, pero me pregunto en que puedo medir mi vejez, aun no tengo arrugas, no padezco ninguna enfermedad crónica, exentando claro, aquellas de carácter neural, sigo con aficiones joviales como jugar con bebes y mirar caricaturas, sigo con apreciaciones como la lectura, la escritura y la locura, sigo siendo el mismo que hace quince años; no se si para bien o para mal.
El cumplir en este mes veintitrés años, me han hecho sensible a escribir cosas de la altura de este monologo, pues me resulta difícil creer que una persona como yo, sea capaz de crear obras de este calibre; y no lo digo por que sea bueno, sino por que yo nunca escribiría sentimientos como este que les expreso.
Una ultima pregunta ¿Por qué “marzo otro poco”? ¿Seguiré siendo igual de monstruoso para marzo? ¿O loco? Quien sabe, pero mientras esto pasa, me divertiré volando con estas alas que en mi cumpleaños me brotaron en la espalda.
Escribí unas letras halla arriba, sobre hacerme un año mas viejo y todo eso, pero me pregunto en que puedo medir mi vejez, aun no tengo arrugas, no padezco ninguna enfermedad crónica, exentando claro, aquellas de carácter neural, sigo con aficiones joviales como jugar con bebes y mirar caricaturas, sigo con apreciaciones como la lectura, la escritura y la locura, sigo siendo el mismo que hace quince años; no se si para bien o para mal.
El cumplir en este mes veintitrés años, me han hecho sensible a escribir cosas de la altura de este monologo, pues me resulta difícil creer que una persona como yo, sea capaz de crear obras de este calibre; y no lo digo por que sea bueno, sino por que yo nunca escribiría sentimientos como este que les expreso.
Una ultima pregunta ¿Por qué “marzo otro poco”? ¿Seguiré siendo igual de monstruoso para marzo? ¿O loco? Quien sabe, pero mientras esto pasa, me divertiré volando con estas alas que en mi cumpleaños me brotaron en la espalda.