En la puerta de mi casa,
tengo un planta de arroz,
que se muere por tu sangre
y tú humillada voz.
Un pintor pinto una rosa,
un pintor pinto un clavel,
y hechicera, te he creído,
emisaria de Luzbel.
Del cielo callo un pañuelo
con cuatro picos dorados,
y cada pico evocaba
e inspiraba al pecado.
Suspiro por que suspiro,
suspiro por suspirar,
suspiro por el veneno
de tu mordida fatal.
En la punta de aquel cerro,
corre sangre de oso,
la fuente es mi victima
destripada en un pozo.
Dos claveles en el agua
no se pueden marchitar,
tanto odio en el pecho
no están fácil de arrancar.
No son letras de oro,
ni tampoco de rubí,
son letras de vergüenza
por mentiras que creí.
Cuando busques el amor,
nunca busques la belleza
pues he matado a tu novio
al cortarle la cabeza.
Agua de piña,
agua de coco,
¿Qué yo te quiera?
… Primero loco.
Por mas que crezcan las flores
al cielo no han de llegar,
por mas que te arrodilles
jamás te he perdonar.
Cuando yo te quise
tú no me quisiste
y maldito bastardo
mi corazón te comiste.
En el cielo nace la estrella,
en el mar el tiburón,
de mis manos la venganza,
de mi pecho el rencor.
Tres veces corte una rosa,
tres veces se me cayo,
un solo golpe me diste
que mi corazón destruyo.
En la puerta de mi casa,
hay un plato de enchiladas,
podridas por el desprecio
de las vidas desgraciadas.
Cayó moneda,
Cayó tostón,
cayó mi cuerpo
sin un corazón.
Como amigo te conocí,
como amigo te hable,
por tus mentiras sufrí,
por tus mentiras llore.