jueves, 30 de septiembre de 2010

OTRO JUEGO DE NIÑOS.

…Y jugaron a las escondidas, con el único fin de no encontrarse nunca más. Ambos taparon sus ojos y contaron hasta 100. Era el momento de refugiarse en esa guarida que los protegería de ellos mismos. Y contaron, con entusiasmo, con desgano y con otros sentimientos que no pudieron describir pues ya iban en el 50, contaban al unisonó con juego y picardía, aunque dentro de ellos un halo de tristeza los envergaba, y contaban con desaire pero con la seguridad de que este juego, daría por terminado otro juego al que ellos llamaron relación amorosa. El conteo ya casi terminaba y fue entonces momento de esconderse. Y se ocultaron en los lugares más extraños que jamás hubieran imaginado, pero seguros, esa era la meta del juego. Ganaría quien nunca se encontrar con el otro en ningún lugar. Quien no recordara nada del otro y quien lograra olvidar del otro su cara, su cuerpo y su vida.

Y se escondieron y como todo final feliz… nunca se encontraron.

lunes, 27 de septiembre de 2010

PARTE SENSIBLE.

Cuando duele, no toco, lamento las heridas pero no intento consolarlas.
Es en verdad denigrante cubrir los golpes y lesiones con mascaras,
no creo que ellas nieguen y escupan la sangre de nuestros errores.
Por eso yo no las cubro, dejo que los gusanos del tiempo se coman
mi dolor, mi vergüenza y mi orgullo. Duele pero no mata.